Salva vida y Bristol
Salva vida y el Bristol

Nov 3/2007
Se dice que la mente de un niño es como una esponja, absorbe todo lo que pasa frente a sus ojos. Existen elementos, figuras y cosas que siendo niños observamos con
frecuencia y que hoy después de tantos años nos traen gratas recordaciones.
Para quienes disfrutamos en nuestros hogares con nuestras madres y abuelas en un ambiente muy rural si se quiere, ya que nada más cierto que aquel dicho que escuchamos incluso fuera de nuestro terruño que dice que “Más grande que un solar en Lérida”.

Pues sí, para quienes nos acostumbramos a ver a diario en el solar de nuestra casa animales como gallinas, cerdos, perros, patos y en algunos otros chivos y burros; era muy familiar un producto de origen natural que no podía faltar en estas casas, que según decían las abuelas, “Sirve hasta pa darle a los guámbitos pal mal de estómago”. Hoy después de tantos años aun se encuentra en el mercado y sigue tan campante como en aquellos días, estamos hablando del popular “Salva vida”. Cual será el secreto de su vigencia?.

Otros elementos que muchos recordarán desde su infancia y que muy seguramente los tuvieron en sus casas y que aún circulan son por ejemplo el Almanaque pintoresco de Bristol, el mismo que anuncia el agua florida y el tricófero de Barry, el de las tragicomedias en ocho cuadros y la información detallada de todos los santos por días y las predicciones atmosféricas basadas en la fase lunar.

También el famoso Almanaque de pielroja, con una sensual muchacha sosteniendo un cigarrillo y con 365 hojitas apiladas, correspondientes a los días del año.
Así como los anteriores, seguramente hay muchos elementos comunes en nuestra sociedad de antaño, que hoy al recordarlos inherentemente traen consigo gratos recuerdos.
Artículo redacción: fotos: Antonio totto Sastoque
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